Las representaciones sociales
una aproximación al concepto de representación social
“La noción de representación social nos sitúa en el punto donde se cruzan lo psicológico y lo social. Antes que nada concierne a la manera en que nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro ambiente, las informaciones que en él circulan, a las personas de nuestro entorno próximo o lejano. En pocas palabras, el conocimiento «espontáneo», «ingenuo» que tanto interesa en la actualidad a las ciencias sociales, ese que habitualmente se denomina conocimiento de sentido común, o bien pensamiento natural, por oposición al pensamiento científico. Este conocimiento se constituye a partir de nuestras experiencias, pero también de las informaciones, conocimientos, y modelos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición, la educación y la comunicación social. De este modo, este conocimiento es, en muchos aspectos, un conocimiento socialmente elaborado y compartido. […] En otros términos, se trata [además] de un conocimiento práctico.” (Jodelet, 1986: 473). Esta insistencia por rescatar las creencias de la gente y por revalorizar sus teorías del mundo más allá de lo que suponen los cánones academicistas es una ganancia de primer orden para las ciencias sociales en su esfuerzo por descender del pedestal, del distanciamiento positivista, y llegar a las masas. De las definiciones de representación una de las más aceptadas por su naturaleza sintética y generalizadora, así como por su poder integrador ha sido la de Denise Jodelet que dice: “El concepto de representación social designa una forma de conocimiento específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En tanto que tales [sic], presentan características específicas a nivel de organización de los contenidos, las operaciones mentales y la lógica.” (1986: 474).
Las representaciones implican mecanismos de analogía respecto al objeto según la focalización y el punto de vista de los individuos así como la posición del grupo al cual estos pertenecen. En sí, “toda representación es un sesgo de cada sujeto.” (Ursua, 1987: 349).
Para Moscovici, una representación social es “una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación.” (1979: 17-18). Las representaciones son una forma de pensamiento natural informal, un tipo de saber empírico, que además se articula al interior de los grupos con una utilidad práctica, en esencia como una guía para la acción social de los sujetos, es decir, como un saber finalizado. Las representaciones son teorías del sentido común: Moscovici, Jodelet, Abric, Banchs, en fin, un gran número de autores coinciden en este punto. Teoría quiere decir ver si nos fijamos en el origen etimológico del término. En efecto, para los griegos el vocablo theoría, derivado de la palabra aún más antigua theorós, significaba ver lo divino. Ahora bien, en la vida cotidiana ninguna representación social existe aislada de otras representaciones. De hecho, no se puede hablar de una representación social pura pues, en realidad, las representaciones constituyen intrincados sistemas en cuyo desenvolvimiento tiene un peso fundamental la historia de cada persona y del grupo en general. “Las representaciones están inscritas en los pliegues del cuerpo, en las disposiciones que tenemos y en los gestos que realizamos. Forman la sustancia de ese habitus del que hablaban los antiguos, que transforma una masa de instintos y órganos en un universo ordenado, en un microcosmos humano del macrocosmos físico, hasta el punto de hacer que nuestra biología aparezca como una sociología y una psicología, nuestra naturaleza como una obra de la cultura. Enraizada así en el cuerpo, la vida de las representaciones se revela como una vida de memoria.” (Moscovici y Hewstone, 1986: 708-709).
Las representaciones sociales acerca de la literatura
Leemos literatura o no la leemos porque creemos que es aburrida y no sirve para nada; leemos algunos textos y otros no, leemos a algún autor y no a otro.
No obstante, esas creencias acerca de la literatura muchas veces no se corresponden con lo que nos presentan los diversos textos literarios.
Todos nosotros concebimos la realidad, el mundo que nos rodea,, por medio de creencias, es decir, de imágenes que ya tenemos elaboradas de antemano acerca de lo que las cosas o las personas son. Esas creencias se denominan representaciones sociales. Son las ideas consolidadas que una comunidad comparte, que son comunes a todos sus integrantes. Por ejemplo, el creer que la televisión es nociva, que atenta contra la formación de las personas, es una representación social acerca de la televisión.
No existe una única representación social de las cosas o de las personas, sino varias que pueden compartir algunas características pero diferenciarse en otras. De este modo, es probable que no todos pesemos lo mismo acerca de la televisión. Que tengamos alguna crítica para hacerle o no tengamos ninguna.
Las distintas representaciones sociales acerca de la literatura a menudo son utilizadas para definirla. Una definición de la literatura debería poder explicar las características (las notas esenciales) que relacionan a todos los textos literarios existentes.
Sin embargo, esas representaciones sociales que suelen utilizarse a modo de definición para la literatura no explican varias de sus características. Por ejemplo, es probable que ustedes piensen que nada de lo que han escrito hasta ahora, sea un texto literario. Tal vez la razón principal de esto es que ustedes piensen que no tienen la habilidad para escribir, que solamente los “escritores” pudieron o pueden elaborar textos literarios. Pero, por otro lado, ustedes seguramente han inventado historias. Es así que desde cierta representación social, sus textos pueden ser considerados literarios.