lunes, 28 de marzo de 2011

funciones del lenguaje | 2º Año


   Maremotos

   Los maremotos son generados tanto por erupciones volcánicas submarinas como por masivos deslizamientos de tierra que caen al mar. Si se produce un gran deslizamiento en la tierra bajo el océano, esto crea una columna de agua que gana velocidad y altura a medida que se acerca a la costa.
   En aguas profundas, un maremoto puede tener hasta 200 kilómetros de ancho, pero sólo 0,5 metros de altura. A medida que viaja en dirección a la costa y las aguas menos profundas, puede alcanzar más de 700 k.p.h. de velocidad, tan rápido como un avión jet. Para cuando llega a la costa, un maremoto puede adquirir 50 metros de altura. Al golpear tierra firme puede arrastrar edificios y vegetación con una fuerza increíble. El maremoto más grande registrado golpeó la Bahía de Lituya, Alaska, en 1958. Un terremoto de 8 en la escala Richer provocó un enorme deslizamiento de tierra hacia el mar, que detonó una ola de 524 metros de altura. ¡Más alta que el edificio Empire State! Asombrosamente, se registraron solo dos muertes, y el daño fue restringido a tres botes y la vegetación costera, ya que no se trataba de un área densamente poblada.


La gran ola. Katsushika Hokusai, s XIX

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“Habiéndome escrito un editor alemán para solicitarme una nota sobre el desarrollo de mi
pensamiento y carácter, con un esbozo de mi autobiografía, he pensado que el asunto me divertía y que quizá pudiera interesar a mis hijos o a los hijos de éstos. Sé que me hubiera interesado grandemente haber leído un apunte, aunque fuera tan breve y superficial como éste. He intentado componer el relato de mí mismo que viene a continuación como si hubiera muerto y estuviera mirando mi vida desde otro mundo. Tampoco me ha resultado difícil, ya que mi vida casi se acaba. No me tomado ninguna molestia en cuidar mi estilo literario.
Nací en Shrewsbury el 12 de febrero de 1809, y mi recuerdo más temprano sólo alcanza a la fecha en que contaba cuatro años y unos meses, cuando fuimos cerca de Abergele para bañarnos en la playa; conservo con cierta nitidez la memoria de algunos hechos y lugares de allí.
Mi madre murió en julio de 1817, cuando yo tenía poco más de ocho años, y es extraño pero apenas puedo recordar algo de ella, excepto su lecho mortuorio, su vestido de terciopelo negro y su mesa de costura, extrañamente fabricada. En la primavera del mismo año fui enviado a una escuela diurna en Shrewsbury, donde estuve un año. Me han dicho que yo era mucho más lento aprendiendo que mi hermana Catherine, y creo que en muchos sentidos era un chico travieso.
Por la época en que iba a esta escuela diurna, mi afición por la historia natural, y más especialmente por las colecciones, estaba bastante desarrollada. Trataba de descifrar los nombres de las plantas, y reunía todo tipo de cosas, conchas, lacres, sellos, monedas y minerales. La pasión por coleccionar que lleva un hombre a ser naturalista sistemático, un virtuoso o un avaro, era muy fuerte en mí, y claramente innata, puesto que ninguno de mis hermanos o hermanas tuvo jamás esta afición.
Una anécdota sucedida aquel año ha quedado firmemente grabada en mi mente, supongo que por la amarga desazón con que afectó después a mi conciencia; es curiosa como prueba de que por lo visto yo me interesaba ya a tan temprana edad por la variabilidad de las plantas.
Conté a otro chico (creo que era Leighton, que después llegaría a ser un conocidísimo liquenólogo y botánico), que podía producir primaveras y velloritas de diferentes colores regándolas con ciertos líquenes coloreados, lo cual por supuesto era un cuento monstruoso, y yo no lo había intentado jamás. También puedo confesar aquí que cuando pequeño era muy dado a inventar historias falsas, y lo hacía siempre para causar admiración. Por ejemplo, en una ocasión cogí de los árboles de mi padre mucha fruta de gran valor y la escondí en los arbustos; después corrí hasta quedar sin aliento para propagar la noticia de que había encontrado un montón de fruta robada."
Charles Darwin
Autobiografía (fragmento)
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El cuento, algunos subgéneros:

El cuento policial
El género policiaco es una combinación de acción, drama y suspenso que se puede presentar en la literatura, el cine, la historieta o la televisión. Se caracteriza por la intensidad y suspenso que debe mantener durante la trama y porque involucra al espectador en la resolución del caso.

El cuento de ciencia ficción
La ciencia ficción es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de ficción, junto con la literatura fantástica y la narrativa de terror. Nacida como subgénero literario distinguido en la década de 1920 (aunque hay obras reconocibles muy anteriores) y exportada posteriormente a otros medios, como el cinematográfico,historietístico y televisivo, gozó de un gran auge en la segunda mitad del siglo XX debido al interés popular acerca del futuro que despertó el espectacular avance tanto científico como tecnológico alcanzado durante esos años.
Es un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco espacio-temporal puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales. La acción puede girar en torno a un abanico grande de posibilidades (viajes interestelares, conquista del espacio, consecuencias de una hecatombe terrestre o cósmica, evolución humana sobrevenidas por mutaciones, evolución de los robots, realidad virtual, existencia de civilizaciones alienígenas, etc.). Esta acción puede tener lugar en un tiempo pasado, presente o futuro, o, incluso, en tiempos alternativos ajenos a la realidad conocida, y tener por escenario espacios físicos (reales o imaginarios, terrestres o extraterrestres) o el espacio interno de la mente. Los personajes son igualmente diversos: a partir del patrón natural humano, recorre y explota modelos antropomórficos hasta desembocar en lo artificial de la creación humana (robot, androide, ciborg) o en criaturas no antropomórficas.


El cuento fantástico
El cuento fantástico narra acciones cotidianas, comunes y naturales; pero en un momento determinado aparece un hecho sorprendente e inexplicable desde el punto de vista de las leyes de la naturaleza.
Aunque se basa en elementos de la realidad -por ejemplo, un misterio por resolver, un tesoro escondido- presenta los hechos de una manera distinta al modo habitual de ver las cosas, de una manera asombrosa y, muchas veces, sobrenatural. Esta situación provoca desconcierto e inquietud en el lector.
El autor Italo Calvino nos dice, el «cuento fantástico» nace en Alemania como sueño con los ojos abiertos del idealismo filosófico, con la declarada intención de representar la realidad del mundo interior, subjetivo, de la mente, de la imaginación, dándole una dignidad igual o mayor que a la del mundo de la objetividad y de los sentidos. Por tanto, ésta también se presenta como cuento filosófico, y aquí un nombre se destaca por encima de todos: Hoffmann.


El cuento de hadas o maravilloso
Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes folclóricos —tales como hadas, duendes, elfos, trolls, gigantes,gnomos y animales parlantes así como encantamientos— normalmente representados en una secuencia inverosímil de eventos. En el lenguaje contemporáneo así como fuera del contexto literario, el término es también utilizado para describir algo que está vinculado con princesas o cosas relacionadas con éstas, como las expresiones «un final de cuento de hadas» (un final feliz) o «un romance de cuento de hadas», aunque no todos los cuentos de hadas terminan con un final próspero. De igual manera, en el aspecto coloquial un «cuento de hadas» puede ser asociado con cualquier historia rocambolesca y extraordinaria. Por lo general, este tipo de relatos suele atraer a los niños pequeños, al compenetrar éstos de forma rápida y sencilla con los personajes arquetípicos de cada historia.
En las culturas donde los demonios y las brujas son percibidos como seres reales, los cuentos de hadas pueden mimetizarse con el género de las leyendas, en el que el contexto es percibido, tanto por el narrador como por los oyentes, como si se tratara de una realidad histórica. Sin embargo, a diferencia de las leyendas y epopeyas, que tienden a tener referencias superficiales a la religión y a lugares, personas y sucesos reales, este tipo de historias tiene lugar en un período indefinido («Érase una vez», «Había una vez») más que en un instante preciso.
Los cuentos de hadas se encuentran ya sea en forma oral o literaria. Intentar detallar con exactitud su desarrollo histórico resulta una labor difícil, puesto que sólo las formas escritas han sido capaces de sobrevivir con el paso del tiempo. No obstante, la evidencia escrita al menos da una indicación de que los cuentos de hadas han existido durante miles de años, aunque tal vez no reconocidos desde un principio como un género propiamente dicho; el término «cuento de hadas» se les aplicó a partir de la obra de Madame d'Aulnoy, quien propuso la denominación francófona «Contes des Fées». A través de los siglos, se encontraron hallazgos literarios de cuentos de hadas en todo el mundo, siendo recogidos por los folcloristas en diversas culturas. Incluso, hoy en día, se siguen redactando cuentos de hadas y obras derivadas del mismo género.


El cuento de terror
El cuento de terror (también conocido como cuento de horror o cuento de miedo, y en ciertos países de Sudamérica, cuento de suspenso), considerado en sentido estricto, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo parece ser provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego en el lector, definición que no excluye en el autor otras pretensiones artísticas y literarias.


El microrrelato
El microrrelato es una construcción literaria narrativa distinta de la novela o el cuento. Es la denominación más usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido. El microrrelato también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo, minicuento, etcétera.

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LO FATAL
A René Pérez
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, 
y más la piedra dura porque esa ya no siente, 
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, 
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, 
y el temor de haber sido y un futuro terror... 
Y el espanto seguro de estar mañana muerto, 
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos, 
y la carne que tienta con sus frescos racimos, 
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos, 
ni de dónde venimos!...


                                                                            Rubén Darío



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El dinosaurio

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.
                                                                                                            Augusto Monterroso
                                                     


     

5 comentarios:

  1. profe y las fotocopia de la publicidad?¿

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  2. reeee cualkk: poné tu nombre y te lo expilico en la escuela, si querés. el anonimato para bardear es reeee cualkk,

    hernán

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  3. jajajajajaj re cualkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

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